Menopausia y Ejercicio Físico
Menopausia Activa o Sedente. Cuéntanos cuál es tu decisión?

Desde Asomenopausia y nuestro Blog “Es tiempo de mujer” queremos un reenfoque de la promoción de estilos de vida para que sean cercanos a las costumbres y tradiciones; así las personas desde su individualidad, consideren posibles unas nuevas conductas sustentadas en el autocuidado y la prevención.
El sedentarismo y sus consecuencias para la salud van a ser cada vez mayores, incrementándose obviamente los niveles de sobrepeso, obesidad, depresión, complicaciones cardiovasculares, y/o síntomas musculares en espalda rodilla y cadera. Como ya se hizo referencia, el tiempo de confinamiento, el trabajo remoto, las condiciones del teletrabajo, el rol social de la mujer actual es una condición detonante de mayor inactividad física y predispone a la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles.
La mejoría de la calidad de vida es una de las mediciones con mayor impacto en programas de ejercicio físico para la salud de la mujer alrededor de los 45 años y su mejoría va ligada al aumento de la capacidad física y funcional del individuo; impacto en síntomas como la fatiga, el dolor muscular y los cambios en el estado de ánimo.
La actividad física no es pensar sólo en un gimnasio. Para que alguien sea activo debe mover su cuerpo, desplazar su superficie corporal, hacer cambios en la postura corporal, interrumpir el tiempo de conducta sedente (tiempo sentada frente a la pantalla del computador, tiempo viendo TV, entre otros) sencillas modificaciones de los hábitos diarios de vida pueden tener un impacto muy positivo como cambiar el ascensor por las escaleras o caminar hasta el lugar de trabajo o bajarse 5 a 10 cuadras antes de la llegada habitual del transporte.
Si eres una mujer adulta y los comportamientos sedentarios han sido parte del día a día, lo mejor será comenzar poco a poco, de forma lenta, prestando atención a las señales del cuerpo, pero planteando unos objetivos, prioridades y metas. Si eres disciplinada y la actividad física es constante, alcanzas una mayor resistencia muscular, cardiorrespiratoria y la sensación de bienestar será más frecuente.
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Como debe ser el inicio de la actividad física y el ejercicio físico para la salud de la mujer mayor.
De forma general, la prescripción de ejercicio físico en la mujer mayor a 45 años en población sana y/o con factores de riesgo; se basa principalmente en actividades orientadas al mantenimiento o mejora de la capacidad aeróbica (mediante ejercicios que estimulen la función cardiovascular) y actividades de fortalecimiento y fuerza muscular; es por eso que la actividad física para la salud depende de la etapa de la vida y en la mujer mayor se combinan experiencias en diversas formas de expresión y que promueven el desarrollo físico y mental.
Los beneficios de la actividad física programada y la prescripción de ejercicio individualizada siempre superan considerablemente los posibles riesgos a los que se exponen por su práctica.
Aspectos individuales a tener en cuenta:
Para la prescripción del ejercicio en la mujer adulta es importante tener en cuenta las características individuales de la mujer como: Composición corporal (% graso , % grasa visceral, relación cintura - cadera), hábitos de vida, condición cardiorespiratoria.
Características endocrinológicas, Factores de riesgo cardiovascular, historia clínica de buenos hábitos, densidad mineral ósea, control glucémico y/o resistencia a la insulina.
Menopausia y Ejercicio físico
A través de este espacio presentaremos un abordaje médico de las recomendaciones prácticas en relación a la actividad física y prescripción del ejercicio en la mujer durante las etapas de Pre y Postmenopáusica.
Los cambios endocrinos que se producen en la etapa de la menopausia indican el final de la vida reproductiva de la mujer, momento donde aparece una disminución progresiva y gradual de la actividad ovárica y` por lo tanto se generan una serie de signos y síntomas dependientes de la deficiencia de estimulación estrogénica en órganos blancos como la masa muscular, el sistema cardiovascular y el tejido graso entre otros.
Las personas físicamente activas viven más años que las sedentarias y con mejor calidad de vida. Con el ejercicio físico se reduce la posibilidad de sufrir un infarto del miocardio o cerebral, osteoporosis, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, aumento del colesterol sanguíneo, exceso de peso o cáncer de colon. La práctica de ejercicio físico mejora el humor (cuesta más deprimirse) y ayuda a tener un mejor patrón del sueño y mantiene un hábito intestinal adecuado.